Urielmania
“El Mundo de Uriel… Pero la voz de todos”
“El Mundo de Uriel… Pero la voz de todos”
Un año más de vida y lo cierto es que cada vez entiendo más las frases de los abuelitos, desde las ya clásicas “en mis tiempos…” y “a tu edad…”, pasando por el “más sabe el diablo por viejo, que por diablo”, hasta la más difícil de comprender para mí en algún tiempo, pero a la vez más reveladora en esta etapa de mi vida “Dios te Oiga”.
Quiero creer que de joven fui como cualquier otro chico al que le gustaba la rebeldía y trataba de trascender haciendo cosas que me gustaban y mejor aún que fueran diferentes a lo que los demás hacían, y en verdad, no entendía por qué la gente se quedaba en la comodidad de lo que a mi parecer era una vida aburrida y sobre todo me cuestionaba constantemente por qué la gente de mayor edad pensaba mucho en Dios; hoy todavía no lo entiendo del todo, pero comienzo a entrar en esta “etapa” donde necesito un poco de fe para hacer algunas cosas, ya que sin esta puedo quedarme en la comodidad de lo que tengo y reconozco que esto hasta un punto me gusta, pero intento entender cuáles son estos límites de comodidad que puedo aceptar -o, eso me quiero decir-.
Ahora me siento consciente que ya no me sorprende el amor romántico, aunque en ocasiones todavía lo busco, pero siendo más realista encuentro más fascinación en la forma con la que una persona puede volverse parte de tu vida por un «simple» pero a la vez mágico estar en el momento justo, me sorprende como las cosas pasan por algo y aunque todavía no quiero creer en el destino, algo como ser humano me hace llegar a esa visión teológica que buscan las personas mayores; tenía que seguir este recorrido para
estar aquí, aunque quiero creer que estoy aquí simplemente por el azar de seguir este camino.
Y escribo este texto solo para legitimar que doy fe de este cambio, creo que es momento de aceptarlo y ¿por qué no? Abrazarlo, de entender los tiempos de Dios, aunque parezca absurdo (pues puede ser tan cierto como uno quiera). Empiezo a creer que estoy en el tiempo correcto de dar saltos de fe en varias cosas, desde lo profesional hasta lo personal.
Para comenzar con uno de estos saltos de fe, tengo que soltar paulatinamente esta añoranza de tiempos mejores -y, como una persona muy especial, últimamente me lo ha dicho-, entender o más bien trascender en el presente y no quedarse en la comparación del pasado, tratar de vivir más el aquí y ahora,
trazar el futuro, y para hacer esto, a veces tienes que saltar hacia el vacío y ver si puedes volar o no.
Tal vez es momento de soñar menos y actuar más, de esforzarme por cosas que pensé no me esforzaría y dejar algunas otras que pensé no dejaría, es momento de arriesgarse por el amor, pero no como el caballero que viene a rescatar a la princesa del cuento, sino como la persona que con sus cualidades y defectos desea emprender un nuevo recorrido con una compañera de vida, con la cual vivir experiencias un poco más “aburridas” o “ñoñas”, tal vez solo diferentes, no lo sé, por qué comparar, solo aventuras que nos llevaran al futuro y no nos encerraran en el pasado.
Cada cierto tiempo he hecho una carta o una confesión de amor, romántica, soñadora y hasta novelesca en este blog y creo que esta es la primera vez que no la haré, porque hoy tengo claro que lo que realmente hace que el amor funcione no es la ilusión, sino el esfuerzo compartido de ambos, entregando lo mejor de cada uno desde sus posibilidades que al final podrías odiarlas y/o disfrutarlas, según sea el caso, pero al final no se trata de una competencia para llegar a una meta, no quiero a mi lado a alguien que piense que le debo algo, o al revés, que me deba algo, sino comprender que la vida es un camino y siempre es mejor compartirlo acompañado; hoy siento que me encuentro en ese lugar, por eso quiero dejar constancia que todavía creo en la vida en pareja, aunque ahora lo veo como un sueño que hay que recorrer y no como una meta que hay que alcanzar.
P.D Te quiero ver disfrutando lo que te toco vivir, así como yo quiero disfrutar lo que me toco, y si, bien, no puedo prometer seguirte hasta el fin del mundo como las películas idealizan, puedo decir que me esforzaré en ser y sobre todo hacerte feliz dentro de lo que pueda con mi existencia…