¿Están muertas las redes sociales?

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Nos vendieron que las redes sociales serían el espacio para conectar a la humanidad. Pero los algoritmos —hambrientos de atención— terminaron encerrándonos en burbujas, o bien lanzándonos a debates incendiarios en lugar de conversaciones constructivas.

Se suponía que serían un lugar para amigos y seres queridos, pero hoy la mayoría de nuestras interacciones son con desconocidos (y muchas veces con odio incluido).

Nos dijeron que democratizarían la voz de todos. Pero la realidad es que la visibilidad depende del número de seguidores y de lo que el algoritmo quiere mostrar. No importa tanto lo que dices… sino lo que “vende”.

En 2025 las redes ya no son para compartir, son para vender.
De la foto casual pasamos a la publicación perfecta. Del “subo lo que me gusta” al “subo lo que funciona”. La espontaneidad fue reemplazada por la curaduría: ya no importa solo lo que haces, sino cómo se ve lo que haces.

El resultado:

  • Usuarios agotados que sienten que lo que comparten nunca es suficiente.
  • Creadores que gastan más en producción que lo que logran monetizar.
  • Una interacción cada vez más lejana de lo genuino.

Pero… ¿están muertas realmente?
Quizá no. Quizá solo entraron en decadencia. Y como toda crisis digital, también abre oportunidades: nuevos espacios, nuevas formas de comunidad, nuevas maneras de construir conversación real.

El futuro de las redes sociales no está escrito.

Tal vez se trate de recuperar lo que las hizo valiosas al inicio: la posibilidad de encontrarnos y reconocernos como humanos detrás de las pantallas. O tal vez se trate de dar un paso afuera y construir espacios nuevos, más auténticos, donde la interacción no dependa de un algoritmo ni de la popularidad medida en likes.

Las redes sociales nos prometieron una tierra prometida digital que no llegó. Pero eso no significa que no podamos imaginar y construir otra.
El reto no es solo tecnológico: es cultural, emocional y profundamente humano.

Al final, la pregunta no es si las redes están muertas, sino qué queremos que venga después.
Y ahí, todos podemos ser parte de la respuesta.

¿Tú qué opinas?
¿Las redes están muertas… o solo necesitan ser reinventadas?

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