Urielmania
“El Mundo de Uriel… Pero la voz de todos”
“El Mundo de Uriel… Pero la voz de todos”
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Los Reyes nunca me trajeron exactamente lo que pedía. En ese entonces, de niño, podía sentir una pequeña decepción al abrir un regalo que no era el que tanto había soñado. Pero con los años, esa sensación cambió. Entendí que aquellos regalos no eran solo objetos, sino gestos cargados de amor, sacrificio e ilusión. Cada detalle que aparecía debajo del árbol tenía detrás un esfuerzo que, como niño, no siempre podía ver ni valorar por completo.
Ahora, cuando pienso en esos momentos, no recuerdo tanto lo que faltaba, sino lo que sobraba: el cariño de quienes hacían lo posible para que esa mañana fuera especial. Lo que importaba no era si el regalo coincidía con lo que había pedido, sino el significado que llevaba consigo.
Esa lección se ha quedado conmigo, y en este inicio de 2025, me hace reflexionar sobre cómo pedimos, damos y valoramos lo que recibimos. En nuestra vida profesional, en nuestras relaciones, en proyectos personales… ¿Cuántas veces pedimos algo específico sin detenernos a apreciar lo que realmente estamos recibiendo? ¿Cuántas veces no entendemos que lo que llega, aunque diferente, puede ser justo lo que necesitamos?
Este Día de Reyes me recuerda también la importancia de estar presentes para los demás. No siempre podemos dar lo perfecto o cumplir todas las expectativas, pero lo que sí podemos ofrecer es apoyo, dedicación y compromiso. Y este año, estoy aquí para ayudarte en lo que necesites. Ya sea para acompañarte en un proyecto, para encontrar soluciones a un desafío, o simplemente para compartir ideas, estoy aquí.
La magia de los Reyes no está solo en los regalos, sino en el acto de dar con propósito. Así, en este 2025, te invito a preguntarte: ¿Qué deseas construir este año? ¿Qué estás dispuesto a aportar para hacerlo realidad? Porque al final, el impacto más grande no está en lo que recibimos, sino en lo que hacemos con ello.
Este año, quiero ser parte de tus logros, de tus retos y de tus aprendizajes. Estoy aquí para sumar y para trabajar contigo en convertir los sueños en acciones. Porque, como aprendí de los Reyes, lo importante no es pedir lo perfecto, sino construir con lo que la vida nos da y hacerlo con amor, sacrificio e ilusión.